Empujado —literalmente— a un mundo al que no pertenece, Sebastián Wind trata de habituarse a su nuevo hogar.

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¿En el lado positivo? Los dragones que teleportan gente, las torres enroscadas sobre sí mismas o la escuela en el piso 223 de Torre Sabiduría.

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¿En el negativo? La comida sabe a cartón mojado. Peor aún, los agentes de Torre Defensa sospechan que fue él quien mató a su padre y no dudarán en acusar a un niño si con eso cierran un caso. Y Sebastián no tiene ni idea de cómo se las va a ingeniar para encontrar al verdadero culpable en un mundo extraño que no es el suyo ni el de su familia…

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¿O sí lo es?